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COMUNICACIÓN EN DOS DIRECCIONES

Un ciclo de comunicación y la comunicación en dos direcciones son en realidad dos cosas diferentes. Si examinamos de cerca la anatomía de la comunicación (la estructura real y sus partes), descubriremos que un ciclo de comunicación no es enteramente una comunicación en dos direcciones.

Si observas el siguiente Diagrama A, verás un ciclo de comunicación:

Aquí tenemos a José como el que origina una comunicación. Es su impulso primario. Este impulso va dirigido a Guillermo. Vemos que Guillermo la recibe. Y luego Guillermo origina una respuesta o un acuse de recibo, como Guillermo´, y ese acuse de recibo regresa a José´. José ha dicho, por ejemplo: “¿Cómo estás?”. Guillermo lo ha recibido. Y luego Guillermo (convirtiéndose en Causa secundaria) ha contestado a ello como Guillermo´, diciendo: “Estoy bien”, lo cual regresa a José´, y así cierra el ciclo.

Ahora, lo que llamamos un ciclo de comunicación en dos direcciones puede resultar, como en el Diagrama B a continuación.

Aquí tenemos a Guillermo originando una comunicación. Guillermo dice: “¿Cómo van las cosas?”. José recibe esto. Y luego, como José´ (o como Causa secundaria) responde: “Bien, supongo”, respuesta a la que Guillermo´ da acuse de recibo.

En ambos diagramas descubrimos que (en el Diagrama A), el acuse de recibo a la Causa secundaria lo expresó José´ asintiendo con la cabeza o con un gesto de satisfacción y, de nuevo, (en el Diagrama B), Guillermo´ da un acuse de recibo al “Bien, supongo” de José´ asintiendo con la cabeza o con alguna expresión que indique que recibió la comunicación.

Si tanto José como Guillermo son “hombres fuertes y silenciosos”, omitirán alguna parte de estos ciclos. La omisión más notoria y la que con más frecuencia se considera un “retardo de comunicación” sería que en el diagrama A, José dijera: “¿Cómo estás?” y Guillermo se quedara sin hablar (“retardo de comunicación” significa el período de tiempo que transcurre entre el hecho de hacer una pregunta y la respuesta a esa pregunta específica, que da la persona a quien se le hace).

Aquí tenemos a José causando una comunicación, y a Guillermo´ sin continuar el ciclo. No sabemos ni indagamos y no estamos interesados en si Guillermo, como punto-receptor, llegó a oírla en algún momento. Podemos suponer que al menos estaba ahí, y que José habló lo suficientemente alto para que se le oyera y que la Atención de Guillermo estaba en algún punto en las inmediaciones de José. Ahora bien, en lugar de seguir con el ciclo de comunicación, José se queda ahí con un ciclo incompleto, y nunca tiene la oportunidad de convertirse en José´.

Hay varias maneras en que un ciclo de comunicación podría no completarse y podríamos clasificarlas así:

  1. José dejando de emanar una comunicación.
  2. Guillermo dejando de oír la comunicación.
  3. Guillermo´ dejando de contestar a la comunicación que recibió.
  4. José´ dejando de dar acuse de recibo, mediante alguna señal o alguna palabra, que indique que ha oído a Guillermo´.

Podríamos señalar varias “razones” para todo esto, pero nuestro propósito aquí no es dar razones de por qué no se termina un ciclo de comunicación. Nuestro único propósito tiene que ver con el hecho de que no se completa este ciclo de comunicación.

Ahora, como en el Diagrama A, digamos que tenemos a José como una persona que está originando comunicaciones de forma compulsiva y continua, tenga o no tenga la Atención de alguien, y tengan o no tengan estas comunicaciones relación alguna con cualquier situación existente. Vemos que José corre el riesgo de encontrarse, al comunicar, con un Guillermo que no le presta atención y que no le escucha, y por ello, con un Guillermo´ ausente que no contesta y un José´ ausente que nunca da acuse de recibo.

Examinemos la misma situación en el Diagrama B. Aquí tenemos, en Guillermo, la originación de una comunicación. Tenemos al mismo José con un flujo de salida compulsivo. Guillermo dice: “¿Qué tal estás?”, y no se completa el ciclo porque José, tan abstraído en su propia conducta compulsiva, no se convierte en José´, y nunca le da a Guillermo la oportunidad de convertirse en Guillermo´ y dar acuse de recibo.

Ahora consideremos otra situación. Encontramos a José originando comunicaciones, y a Guillermo como una persona que nunca origina comunicaciones. José no es necesariamente compulsivo u obsesivo al originar comunicaciones. Pero Guillermo está aberradamente inhibido en cuanto a originar comunicaciones. Descubrimos que José y Guillermo, trabajando juntos, entran entonces en este tipo de actividad: José origina comunicación, Guillermo la oye, se convierte en Guillermo´, la contesta y le da a José la oportunidad de convertirse en José´.

Esto va bastante bien, pero tarde o temprano alcanzará un estancamiento en un ciclo en dos direcciones que se viola porque Guillermo nunca origina comunicación.

Un ciclo de comunicación en dos direcciones funcionaría así: José, habiendo originado una comunicación y habiéndola completado, puede esperar entonces que Guillermo origine una comunicación para José, completando así el resto del ciclo de comunicación en dos direcciones. Guillermo efectivamente, origina una comunicación, José la escucha, José´ la responde y Guillermo´ le da acuse de recibo.

Así tenemos el ciclo de comunicación normal entre dos “terminales”. Pues en este caso, José es una terminal y Guillermo es una terminal y puede verse que la comunicación fluye entre dos terminales.

Los ciclos dependen de que José origine una comunicación, Guillermo la escuche, Guillermo se convierta en Guillermo´ y conteste esa comunicación y José´ le dé acuse de recibo a esa comunicación. Después Guillermo originaría una comunicación, José escucharía la comunicación, José´ contestaría la comunicación y Guillermo´ le daría acuse de recibo a esa comunicación. Si hicieran esto, independientemente de sobre qué estuvieran hablando, nunca se meterían en una disputa y tarde o temprano llegarían a un acuerdo; aunque fueran hostiles el uno hacia el otro. Se resolverían sus dificultades y problemas, y estarían, el uno respecto al otro, en buen estado.

Un ciclo de comunicación en dos direcciones se estropea cuando cualquiera de los terminales, en su momento, deja de originar comunicaciones.

Descubrimos que toda la sociedad tiene inmensas dificultades en este sentido. Están tan acostumbrados a la diversión “enlatada”, y están tan inhibidos en la originación de comunicaciones (por padres que no podían comunicarse y por la educación y otras causas), que la gente llega a un punto muy bajo en lo que se refiere a originar comunicación. La originación de la comunicación es necesaria para iniciar una comunicación en primer lugar. Por tanto, encontramos que la gente habla ante todo de cosas que les imponen causas externas. Ellos ven un accidente y lo comentan. Ven una película y la comentan. Esperan que una fuente externa les dé la oportunidad de conversar. Pero en vista del hecho de que ambos están en un punto bajo en cuanto a originar comunicación (lo que también podría expresarse como un punto “bajo en cuanto a imaginación”), descubrimos que esa gente, dependiendo de impulsos primarios externos, es más o menos compulsiva o inhibitoria en la comunicación y por lo tanto, la conversación se desvía rápida y marcadamente y puede terminar con extraordinarias hostilidades o conclusiones erróneas.

Supongamos que la falta de un impulso original o primario como causa, por parte de José, lo ha llevado a comunicar de manera obsesiva o compulsiva; y vemos que está tan ocupado con su flujo de salida que nunca tiene la oportunidad de escuchar a alguien que le hable; y en caso de oírlo, no le contestaría. Guillermo, por otra parte, podría estar tan, tan, tan abajo como Causa primaria (lo que quiere decir, abajo en cuanto a originación de comunicación) que nunca llegará siquiera a convertirse en Guillermo´ o, si lo hiciera, nunca expondría su propia opinión, desequilibrando con ello a José cada vez más hasta llevarlo a una comunicación cada vez más compulsiva.

Como puedes ver en estas gráficas, podrían originarse situaciones novedosas, como el problema de contestar obsesivamente o de manera inhibidora. Un individuo podría pasarse todo el tiempo respondiendo, justificando o explicando (que es lo mismo) sin que se hubiera originado en él una comunicación primaria. Otro individuo, como José´ en el Diagrama A, o Guillermo´ en el Diagrama B, podría pasarse todo su tiempo dando acuses de recibo, aunque no le llegara nada que requiriera un acuse de recibo. Las manifestaciones más comunes y más notorias, sin embargo, son la “originación obsesiva” y “compulsiva”, “aceptar una no-respuesta”, y “no dar acuse de recibo a la respuesta”. Y en estos puntos podemos descubrir flujos atorados.

Puesto que comunicar parece ser el único crimen en este universo, y dado que lo único que salva a la persona es comunicar, claramente se ve que siempre surgirán confusiones en la comunicación. Lo que deberíamos comprender, y de muy buena gana, es que ahora se puede resolver.

Los flujos se atoran, en este ciclo de comunicación doble e idéntico, donde hay una escasez de:

  1. Originación de comunicación.
  2. Recepción de comunicación.
  3. Responder a la comunicación dada.
  4. Dar acuse de recibo a las respuestas.

Así puede verse que sólo hay cuatro partes que pueden aberrarse (tanto en el Diagrama A como en el Diagrama B), sin importar la cantidad de manifestaciones peculiares que puedan ocurrir como resultado de eso.

una persona, punto o posición que puede recibir, transmitir o enviar comunicación. Este término viene del campo de la electrónica en el que una terminal es uno de los dos puntos fijos entre los que viaja un flujo de energía. Un ejemplo de esto es la batería de un coche que tiene dos postes (terminales) que se conectan y la energía fluye de un poste al otro. En Scientology, se llama terminales a dos personas que se comunican, ya que la comunicación fluye entre ellas.

pre-grabado en forma estandarizada para un uso general y repetitivo; pensado como algo basado en un patrón, algo que no es original. Por ejemplo, muchos programas de radio y televisión se graban con anticipación para transmitirlos más tarde, se utilizan risas, aplausos y otros elementos predecibles repetitivos que se grabaron con anticipación.